La guerra en Ucrania desafía las rutas de tren desde China a Europa

Los trabajadores inspeccionan las vías del tren, que forman parte de la ruta ferroviaria de carga de la Iniciativa de la Franja y la Ruta en la provincia de Sichuan, China, el 14 de marzo de 2019.

Se espera que el número de estos viajes se reduzca a la mitad o más si los países europeos continúan aislando a Rusia.

La guerra en Ucrania ha puesto en riesgo la conectividad ferroviaria de China con Europa porque la mayoría de sus rutas pasan por Rusia. También ha planteado serias dudas sobre el destino de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de Beijing para construir infraestructura en docenas de países.

Incluso si la guerra terminara pronto, ni China ni Ucrania estarían interesados en seguir adelante con los proyectos BRI en Ucrania, afirman analistas.

«Los proyectos BRI en Ucrania básicamente están descartados. Incluso China puede no estar interesada en seguir invirtiendo en un país con una economía gravemente dañada», dijo a la Voz de América Jacob Mardell, investigador sobre infraestructura global y política exterior de China en el Instituto Mercator de Estudios Chinos.

El BRI es el programa de infraestructura más grande del mundo, con proyectos en países europeos, asiáticos y africanos. Se estima que China ha invirtió en 59.500 millones de dólares solo en 2021, y más de 800.000 millones desde que se lanzó el programa en 2013.

Apenas una semana antes de que comenzara la guerra en Ucrania, el 24 de febrero, Francia acordó con China construir conjuntamente infraestructura por valor de 1.700 millones de dólares en África, el sudeste asiático y Europa del Este.

Sin embargo, ese plan puede verse ensombrecido ya que parte de la ira de Occidente hacia Rusia puede extenderse a China, vista por algunos como un partidario tácito de Moscú.

El ferrocarril expreso China-Europa es una ruta de tránsito para las exportaciones chinas, aunque también transporta una cantidad menor de mercancías desde Europa a las ciudades chinas. La red tiene 73 rutas que conectan a China con Kazajistán, Rusia, Bielorrusia, Polonia, Alemania, República Checa, Francia y España. Los trenes de carga que circulan por estas rutas realizaron 3.630 viajes en el primer trimestre de este año, según fuentes oficiales chinas.

Expertos creen que el número de estos viajes se reducirán a la mitad o más, si los países europeos continúan aislando a Rusia, que se encuentra en el medio de estas rutas.

«Es muy probable que el aislamiento ruso afecte los planes de China para desarrollar aún más su ferrocarril BRI a Europa, gran parte del cual cruza tierras rusas», dijo a la VOA Dexter Roberts, miembro principal de la Iniciativa de Seguridad de Asia del Consejo Atlántico.

«Es casi seguro que eso afectará su disposición a aceptar grandes envíos de mercancías que cruzan el territorio ruso hacia y desde los mercados europeos. Y si se sanciona a Rusia, es muy poco probable que permita que las mercancías europeas también transiten por su territorio», explicó Roberts, autor del libro ‘El mito del capitalismo chino’.

Además de las rutas ferroviarias existentes, China tiene otras en Europa en construcción o aún en el tablero de dibujo que también se verán afectadas.

«El entusiasmo de China por la conectividad ferroviaria será seriamente frenado por ahora. Más allá del corto plazo, China debe pasar por alto la geografía ruso-bielorrusa y quizás ucraniana», afirmó Mohammadbagher Forough, investigador del Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área en Hamburgo, en un artículo de The Diplomat.

Rutas alternativas

Ante los desafíos en Europa, Beijing puede concentrarse en el corredor Asia Central-Asia Occidental de BRI, que la conecta con Kazajstán, Uzbekistán, Turquía y otros países. La idea sería mover más exportaciones chinas a través de los países de Asia Central, la región del Caspio, Irán y Turquía.

Sin embargo, hay problemas con esta ruta.

«El corredor ferroviario a través de Turquía tiene una capacidad limitada en comparación con el que pasa por Rusia», dijo Mardell. “Además, se trata de recorrer una parte del trayecto por mar. En general, requiere más tiempo y es más costoso”.

Durante varios años, Beijing ha esperado fortalecer la ruta de tránsito en el Corredor Económico China-Pakistán, que conecta con el puerto de Gwadar en el Mar Arábigo.

Sin embargo, Pakistán ha pasado recientemente por una agitación política que resultó en la instalación de un nuevo primer ministro, Shehbaz Sharif. Se espera que el nuevo gobierno enfrente una nueva elección a finales de año. Además, Pakistán está experimentando una grave crisis financiera y está buscando ayuda del Fondo Monetario Internacional.

Observadores políticos afirman que Pakistán podría retrasar o cancelar algunos de los proyectos de CPEC porque no puede permitirse asumir más deuda china. Además, el FMI puede estar menos entusiasmado con el apoyo a un país con altos niveles de deuda.

Otros analistas tienen una visión diferente de la situación. «El primer ministro Sharif es conocido por su habilidad para equilibrar las relaciones geopolíticas. Incluso si intenta acercarse a EEUU, es casi seguro que trabajará para continuar manteniendo o, más probablemente, fortaleciendo las relaciones con China», añadió Roberts.

Sharif podría intentar fortalecer aún más la CPEC porque su partido, la Liga Musulmana de Pakistán, inició el proyecto en 2013, dijo.

Incluso si el trabajo de construcción en CPEC continúa sin cesar, pasará mucho tiempo antes de que el puerto de Gwadar tenga la capacidad para permitir que los exportadores chinos utilicen la ruta del Mar Arábigo. No es una respuesta al problema inmediato de China, que es la resistencia europea al flujo de carga china a través del territorio ruso por tren.

Fuente: vozdeamerica

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