Un grupo de vecinos de La Paz (Canelones) planteó su preocupación por el impacto que tendrá en la localidad el incremento de las frecuencias ferroviarias si se concreta la inversión en la segunda planta de celulosa de UPM.
En una reunión con el director blanco de AFE, Alfonso Lereté, una veintena de vecinos y el alcalde Bruno Fernández plantearon que ya hoy con 20 frecuencias diarias (entre trenes de carga y pasajeros) el tráfico de trenes afecta sus viviendas provocando rajaduras y dañando los cimientos, y se mostraron preocupados si el movimiento se duplica como está previsto.
Lereté contó a El País que los vecinos de La Paz mostraron nerviosismo por los ruidos que se generarán con el nuevo tráfico, no sólo por la fricción, sino por aquellos elementos de seguridad (como las campanillas con semáforos oscilantes) que suelen quedar activados mucho tiempo después de que pasa por el lugar el convoy. «Enfocaron su preocupación en saber si la Dirección Nacional de Medio Ambiente, u otro organismo estatal, medirá el impacto auditivo», señaló Lereté.
«Hubo un clamor unánime en cuanto a la necesidad de ocupar en la refacción de las vías mano de obra local. Coincidieron con el Movimiento de Trabajadores Desocupados de la Construcción que nos planteó en Santa Lucía la posibilidad de priorizar a los cuatro departamentos por donde pasa la vía y de instalar —si definitivamente no se importa— una planta de armado de durmientes de hormigón, que bien podría usar el agua de las canteras de La Paz», señaló Lereté.
Otro de los puntos que preocupa tanto a los concejales como al alcalde, es el vinculado a la coordinación entre todos los organismos del Estado involucrados.
Todos estas inquietudes serán trasladadas por Lereté a la reunión del Directorio de AFE de hoy. El próximo lunes el Ministerio de Transporte presentará los pliegos de condiciones a las empresas interesadas en la refacción de los 273 kilómetros entre Paso de los Toros y Montevideo. Las obras deberían comenzar en la segunda mitad del año próximo y durarían al menos 36 meses.
Las obras supondrán, entre otros aspectos, el tendido de 510.000 durmientes de hormigón (no está resuelto si se fabricarán en Uruguay o si se importarán), la instalación de 104 barreras nuevas en los pasos a nivel, 75 sistemas fotoluminosos que actúen a modo de semáforos, y 44 «cruces de San Andrés» (en los cruces). Está previsto que las obras permitan que los trenes corran 350 días al año.