Un informe publicado por “UBS Research” sugiere que un número aún mayor de viajeros van a pasar del avión a los trenes de alta velocidad en el período post Covid-19.
“En tren o en avión? El dilema del viajero después del Covid-19 preocupado por el cambio climático” fue realizado por investigadores de UBS en un intento de determinar qué sectores de negocios van a ser los más y menos afectados por la pandemia de Covid-19, cuáles serían las opciones a corto, mediano y largo plazo para la aviación, y que oportunidades de mercado pueden existir en Europa occidental.
El informe pretendía determinar también que tan significativo sería un incremento del traspaso de pasajeros tanto de negocios como de placer desde el avión al ferrocarril en términos de las emisiones de carbono. También busca evaluar el impacto en las industrias relacionadas con los medios aéreo y ferroviario, incluidos los fabricantes de repuestos y los abastecedores a los sectores de petróleo y gas, así como los de infraestructura y aeropuertos.
La investigación descubrió que los consumidores y gobiernos cada vez son más “climáticamente conscientes”, al tiempo que la paralización por el brote de Covid-19 mostró en países industrializados “lo que significa aire limpio”. Utilizando datos de la Unión Europea, la aviación representa un 2,5 a 3 % del total de emisiones globales, pero alrededor del 15 % de las emisiones relacionadas con el transporte, explican los autores. En 2017, el transporte generó 4483 millones de toneladas de CO2, siendo el transporte carretero el responsable de generar el 73 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que la aviación generó el 14 %, el transporte marítimo el 13,5 % y el transporte ferroviario aproximadamente un 0,5 %. Viendo que muchos gobiernos en países desarrollados han puesto objetivos para emisiones cero de carbono para 2040 o 2050, los autores “esperan un incremento en el traspaso de viajeros de los aviones a los trenes de alta velocidad tanto en Europa como en China”.
Los analistas de UBS indican que los gobiernos van a “continuar la expansión de las redes de alta velocidad”, con más de 100 mil millones de EUR siendo invertidos en la Unión Europea y más de 800 mil millones de Yuan en China, generando “demanda para nuevos equipos para elevar las velocidades y la densidad”. Estiman que habrá “oportunidades de negocio” de entre 40 y 60 mil millones de EUR en España, Francia, Alemania e Italia en los próximos 10 años. Esto podría enlentecer el crecimiento del tráfico aéreo mundial a 4,6 % al año en el período 2018-2028, aunque “cada actor está expuesto en los sectores del transporte aéreo, ferroviario y carretero”.
Los datos de una encuesta realizada por el laboratorio de evidencia de UBS a 1000 personas en 4 países europeos y China indican que los viajeros por placer no tendrían problema en viajar entre 5 y 6 horas en tren y que los pasajeros por negocios en la UE aceptarían hasta 4 horas en comparación con un consenso general de entre 2 y 3 horas. “En China los trenes de alta velocidad han sacado más pasajeros de las carreteras que de los aviones, aunque eso puede cambiar”, explicó UBS. Servicio y frecuencia son elementos claves para viajes más largos en tren, y ambos “pueden ser mejorados cuando se introduce competencia entre operadores”.
Nota traducida.
Fuente: Railway Gazette International
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