Bagdad, 30 nov (EFE).- Cubrir los 60 kilómetros que separan Bagdad de Faluya ya no supone un viaje eterno, plagado de peligros y controles de seguridad, gracias a la recuperación paulatina de los ferrocarriles iraquíes tras la derrota del grupo terrorista Estado Islámico (EI).
El joven Saber Ibrahim, un funcionario de 28 años, se acurruca en su asiento en uno de los lentos y viejos trenes iraquíes de esta línea, que han vuelto a entrar en funcionamiento hace dos meses, y se regocija por poder regresar a su ciudad en «tan solo» una hora y media.
«Ahora, prefiero viajar en tren antes que ir en autobús o en taxi para evitar los puestos de control, que atrasan a los viajeros algunas veces por varias horas», comenta a Efe.
Los trenes a Faluya también son una opción más barata, cuestan unos 2.000 dinares (1,7 dólares), la mitad que un autobús o la cuarta parte de la tarifa de un taxi, que puede multiplicarse en función de las demoras en los numerosos controles de carretera, todavía necesarios por los aún frecuentes atentados terroristas.
La preocupación por la seguridad es palpable en el interior de los propios trenes, donde los policías, armados con fusiles y vestidos con uniformes de camuflaje, recorren los pasillos de los vagones durante todo el viaje.
La línea entre Bagdad y Faluya, ciudad que estuvo bajo el poder de los yihadistas hasta junio de 2016, reinició sus operaciones hace unas semanas.
Sin embargo, los operarios de la compañía pública de ferrocarriles siguen trabajando en la reconstrucción de las estaciones y vías del resto de la línea, que se dirige al oeste rumbo a Ramadi, a unos 50 kilómetros de Faluya, ciudad famosa por haber sido el foco del levantamiento contra la ocupación de Estados Unidos.
El tramo de la línea entre Ramadi y Faluya «fue muy dañado» por los terroristas del EI, que hicieron volar por los aires las estaciones, los trenes estacionados en ellas y muchos puentes por donde pasaban las vías, según relató a Efe el ingeniero Ahmed Rauf, supervisor de la Empresa General de los Ferrocarriles de Irak.
La principal línea ferroviaria de Irak, que conecta Bagdad con las ciudades del norte y con la frontera turca, está todavía comenzando sus obras, por lo que «la mayoría del trazado no está operativo».
Los combates de las fuerzas iraquíes contra los yihadistas se prolongaron en el norte del país hasta finales de 2017 y el Gobierno solo anunció la victoria definitiva contra el EI a comienzos de diciembre del año pasado, tras conquistar las últimas poblaciones en la región de Al Anbar (oeste), fronteriza con Siria.
El primer tramo de vías de la línea del norte que conecta la capital iraquí con Samarra, a 120 kilómetros de Bagdad, ya ha puesto en marcha sus viajes experimentales después de concluir las obras de recuperación.
Pero para que los trenes puedan volver a llegar a Mosul, la gran urbe del norte de Irak y antigua capital de los yihadistas, «se necesita más tiempo y mucho dinero», comentó Rauf.
La reconstrucción de esa línea de ferrocarril, según subrayó el ingeniero, es un proceso «rodeado de muchos riesgos» por el peligro de atentados por las células que el EI mantiene activas en el norte del país.
La línea ferroviaria del sur, que une Bagdad con Basora, la segunda mayor ciudad del país, y las ciudades santas de Kerbala y Nayaf, nunca dejó de funcionar durante los cuatro años de guerra contra el EI y desde 2015 cuenta con trenes nuevos, de manufactura china, equipados con aire acondicionado.
Ahora, también trata de recuperar la normalidad la Estación Internacional de Bagdad, punto central de la red ferroviaria iraquí, construida en el céntrico distrito de Al Alawi en los años 40, durante la colonización británica, y donde ahora se vuelven a ver filas de pasajeros para comprar sus billetes.
En esta estación, Abu Mayed, un asistente de maquinista de 45 años, dijo a Efe que «hace pocos meses, viajar en tren a Faluya era un sueño, pero se convirtió en una realidad».
Mayed espera que el empeño de los profesionales de la empresa, «que dieron vida a esta línea» tras quitar toneladas de escombros, puedan hacer lo mismo para acabar de recuperar los 2.893 kilómetros de la red ferroviaria del país. EFE
Fuente: lavanguardia