A principios de 2018, la ex gobernadora María Eugenia Vidal decretó la disolución de Ferrobaires y dejó en la calle a unos 2 mil trabajadores ferroviarios. A pesar de tratarse de uno de los despidos más masivos durante todo el macrismo, el conflicto quedó en una especie de cono del silencio que todavía no se pudo romper. Ahora, los “Ferroviarios sin Trabajo” se encuentran en una situación desesperante y la mayoría ni siquiera calificó para cobrar el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).
“Como fuimos indemnizados la mayoría no calificamos al Ingreso Familiar de Emergencia. Pero de ese dinero ya no hay más plata porque lo cobramos en marzo de 2018 y tampoco era mucho”, contó a TODO PROVINCIAL Jorge Medrano, referente de Ferroviarios sin Trabajo, un grupo que organizó a unos 400 de los 2 mil trabajadores de Ferrobaires despedidos en 2018.
“La situación es desesperante, no conseguimos trabajo y ahora se cortaron todas las changas. La mayoría de los que pusieron comercios con la indemnización se fundieron. Somos personas de entre 40 y 60 años”, detalló el ex trabajador.
En 2018, el gobierno bonaerense anunció la disolución de Ferrobaires y el traspaso a Nación de los servicios de pasajeros que brindaba la empresa provincial. Aunque se prometió que todos los trabajadores pasarían a Trenes Argentinos, el 60% del plantel fue despedido. Además, muchos ramales fueron cancelados.
A pesar de la magnitud de los despidos, ninguno de los sindicatos del sector inició un plan de lucha. El silencio de los gremios permitió a los medios nacionales pasar por el alto el conflicto, como si directamente no hubiese existido.
Gestiones paralizadas
Con el cambio de gobierno, Ferroviarios sin Trabajo inició gestiones para pedir la reincorporación al gobierno nacional. Lograron reunirse con legisladores y funcionarios. La pandemia paralizó todas las negociaciones. “Jamás hicimos conflicto de ningún tipo, no cortamos calles, ni vías. Sólo nos presentamos en algunas estaciones para mostrarnos como ferroviarios sin trabajo”, señaló Medrano.
La situación de estos trabajadores demasiado grandes para encontrar otro puesto laboral y demasiado jóvenes para jubilarse se tornó dramática.
“Directamente estamos pidiendo alimentos porque muchos están en situación de hambre. En La Plata se consiguió asistencia del Movimiento Evita, pero en el interior no logramos ayuda todavía. Por otra parte, ATE nos está dando una mano para gestionar al menos una tarjeta alimentaria”, comentó.
Y advirtió: “Un compañero de Pehuajó se suicidó por la depresión. Algunos perdieron todas las esperanzas pero nosotros intentamos sostenerlos. No podemos creer que no se den cuenta del drama que estamos atravesando”.
Fuente: Todoprovincial