Metro gastará 800 millones de euros en mantener su flota de trenes actual

La compañía afronta el vencimiento de contratos de alquiler que afectan al 60% de sus vagones

Metro tendrá que pagar 800 millones de euros entre 2019 y 2029 si quiere mantener en activo el 60% de su flota de trenes, adquirida bajo la modalidad de alquiler con opción de compra (leasing). El coste de hacer frente al vencimiento de esos contratos se unirá a la inversión prevista de 700 millones para comprar 60 nuevos convoyes, para un gasto total de 1.500 que obligará a la compañía a endeudarse financiando la operación. Pese a las protestas de los usuarios por la masificación del suburbano en hora punta, los nuevos vagones tardarán años en llegar y solo aumentarán en 28 trenes la capacidad de la red, porque el resto se dedicará a reemplazar a los que se retirarán de la circulación.

Metro tendrá que pagar 19 millones de euros en 2019 para hacer frente al vencimiento de los contratos de leasing de varios de sus trenes. Sin embargo, esa es la punta del iceberg de una operación multimillonaria. En 2021, 2023 y 2029 se concentrará la caducidad de una serie de acuerdos de alquiler que afectan al 60% del material móvil del suburbano. Para mantenerlo en funcionamiento, y quedárselo en propiedad, como prevé hacer, la compañía tendrá que afrontar el pago de 800 millones de euros. Esa decisión, que tendrá que ser validada por el Gobierno que surja de las urnas de mayo de 2019, podría llevar el gasto en convoyes hasta los 1.500 millones: el Gobierno de la Comunidad acaba de anunciar que invertirá 700 millones en comprar 60 nuevos trenes.

“Hace tiempo que deberían haber previsto dar solución al déficit existente en el parque móvil de Metro”, argumenta Daniel Viondi, diputado socialista, que recuerda que los nuevos trenes no estarán en las vías hasta dentro de varios años, porque aún hay que construirlos. “Ahora con las urgencias del deterioro de Metro van a comprometer cerca de 1.500 millones al siguiente gobierno”, sigue. “La realidad será que el servicio que prestará a los usuarios cada vez será peor hasta que dentro de 4 o 5 años veamos esos trenes funcionando”, añade. “Han gestionado mal y tarde, y nos costará más dinero”.

“El gasto es un despropósito absoluto, no se ha previsto lo que había que hacer a lo largo de estos años”, lamenta Alberto Oliver, diputado de Podemos. “No solamente se ha descapitalizado metro, que valía 1.300 millones de euros en 2011 y ahora vale poco más de 300, sino que ahora hay que acometer unas inversiones muy cuantiosas por la dejación en el mantenimiento del material y no sabemos de dónde va a provisionar el dinero la consejería”, recuerda. Y subraya: “Metro lleva diez años sin comprar trenes nuevos ni prever hacerlo. El parque móvil está en unas condiciones muy deterioradas, y hay un descontrol absoluto sobre el número de trenes que hay”.

«Si el Gobierno del PP hubiera planificado a tiempo la reposición de la flota, los madrileños no sufrirían la falta de trenes, los retrasos y las aglomeraciones que denuncian cada día», razona Juan Rubio portavoz de Ciudadanos Transporte. «El plan estratégico de Metro de 2016 ya advertía de la necesidad de comprar nuevos trenes y de contratar maquinistas. La renovación de los leasing a la carrera y la compra apresurada de nuevos trenes ponen de manifiesto la nefasta gestión de la compañía», advierte. «Esta improvisación obligará a Metro, además, a hacer grandes inversiones en un corto espacio de tiempo, lo que hipotecará al Gobierno que salga de las urnas el próximo mes de mayo».

La cita electoral puede marcar un punto de inflexión. Mientras tanto, es previsible que se mantengan las protestas de la oposición por la gestión de la red y las quejas de los usuarios por la frecuencia de paso de los trenes en hora punta. En consecuencia, a la compañía se le acumulan los problemas: cada semana que pasa, también crece el número de unidades que tiene que retirar de la circulación porque contienen amianto.

​Fuente: El País

Comentar