Uruguay adjudica a Amurrio Ferrocarril el suministro de modernos equipos ferroviarios

Jon de Lapatza. director de Amufer.

La firma alavesa fabricará más de un centenar de desvíos para el proyecto estratégico ‘Ferrocarril Central’, que unirá el centro del país latinoamericano con el puerto de Montevideo

Si hay un enclave geográfico en Euskadi ligado al sector ferroviario ese es el Valle de Aiala, en cuyo corazón, Amurrio, se encuentra la sede de Amurrio Ferrocarril y Equipos, uno de los mejores embajadores de esta actividad que desde hace 140 años se dedica a la alta tecnología ferroviaria y los aparatos de vía (desvíos y cruzamientos, fundamentalmente). Inmerso en plena senda de crecimiento, acaba de lograr en Uruguay la adjudicación de un contrato notable para equipar al proyecto ‘Ferrocarril Central’, la obra más importante llevada a cabo en los últimos años en este país latinoamericano en lo que a logística ferroviaria se refiere. Amufer, que está dirigida por Jon de Lapatza, da empleo en la actualidad a cerca de 200 personas y exporta sus productos a más de 65 países.

¿Cómo valora la adjudicación de este proyecto?

Es un contrato Interesante y combatido que nos da mucha moral, especialmente en un tiempo como el que nos está tocando vivir. Pero si hemos sido capaces de conseguir este tipo de contratos es fundamentalmente por todas las personas que forman esta empresa, que son capaces de hacer las cosas que proponemos para que nuestros clientes las valoren después. El resultado en este caso es la consecuencia de mucho trabajo en los últimos años y representa un hito importante en nuestra trayectoria ferroviaria, pues viene a reforzar la apuesta y el compromiso por la inversión, la I+D tecnológica y la internacionalización que históricamente han marcado nuestra actividad.

¿Hasta qué punto es sustancial la aportación exterior en el día a día de una empresa como Amufer?

Hace ya muchos años que formamos parte de este sector, dedicándonos sobre todo a las áreas del material fijo ferroviario como los desvíos y los cruzamientos. Y para estar muy concentrados en este campo tan concreto, la única manera de diversificar riesgos es salir al exterior e internacionalizarse. Hoy vendemos en más de 65 países, lo que nos permite tener una cierta estabilidad aprovechando las ondas de un país con respecto a otro. Si somos capaces de compensarlas podemos llegar a tener una cierta capacidad cubierta. Ese es el objetivo aunque no siempre se consigue.

¿En qué consiste exactamente el contrato que han conseguido en Uruguay?

La adjudicación por parte del Consorcio Constructor del Ferrocarril Central nos llega para el suministro de equipos ferroviarios que equiparán al proyecto ‘Ferrocarril Central’, una obra de infraestructura estratégica para el sistema multimodal de transporte y la más importante del nudo ferroviario llevada a cabo en los últimos años en este país. En concreto, vamos a fabricar 124 desvíos de última generación –un desvío es el elemento que permite a un tren cambiar de una vía o bien para desviarse a otro destino o bien para entrar en otra vía– sobre los que se sustenta la reforma de 273 kilómetros de trazado ferroviario entre la ciudad de Paso de los Toros, en el centro del país, y el Puerto de Montevideo, en el sur. En cierto modo vamos a ayudar a coser en los próximos meses esta estratégica, y antigua, arteria logística aportando todo nuestro conocimiento y experiencia en el campo de los aparatos de vía.

¿Cuáles son los plazos?

La producción comenzará tras el verano, pues el contrato resultante tiene  una vigencia de ejecución de trece meses a partir del próximo mes de octubre, cuando parta desde nuestra fábrica de Amurrio el primer lote de diez unidades rumbo al país latinoamericano. A partir de ahí, y con similar cadencia, iremos completando la producción hasta el mes de noviembre de 2021.

El propio Gobierno de Uruguay ha considerado a este proyecto estratégico, ¿por qué?

Porque va a incidir directamente en la economía del país hasta el punto de prever un crecimiento aproximado del 2,5% del PIB y la creación de unos 10.000 puestos de trabajo. Hay que recordar que esta reforma ferroviaria coincide con la llegada a Uruguay de una de las inversiones extranjeras más sobresalientes en la historia reciente del país, la de la multinacional finlandesa de celulosa UPM Metsä, que invertirá 4.000 millones de dólares en Paso de los Toros para la construcción de una planta con la que espera dar un salto de competitividad en el sector. Por lo tanto, este nuevo escenario va a exigir a la administración uruguaya un desafío logístico sin precedentes para poder dar respuesta no solo al transporte diario de las bobinas de celulosa desde el interior hasta la zona portuaria de Montevideo, sino también para integrar el propio ferrocarril en la ciudad o propiciar la atracción a tierras uruguayas de mercancías brasileñas. Y ahí es donde entra en juego la tecnología ferroviaria de Amurrio.

La adjudicación de este contrato, además de asegurarles carga de trabajo para los próximos trece meses, les refuerza en el sector, pues se han impuesto en la licitación a los dos principales fabricantes mundiales… ¿Qué lectura hace de este éxito en las circunstancias actuales?

Habernos impuesto a las dos mayores compañías del sector es motivo de orgullo, sin duda, pero ahora lo que nos queda es demostrar que nos lo merecemos, porque cuando te adjudican un pedido no es que hayas vendido nada sino que te han dado la oportunidad de demostrar que te lo mereces, y eso es ahora lo que tenemos que hacer en los próximos 13 meses.

Uno de los factores que ha declinado la balanza a su favor ha sido la alta complejidad tecnológica de sus aparatos de vía, hasta el punto de que han conseguido reducir un 30% el número de componentes que componen este tipo de desvíos. ¿La especialización como valor diferencial?

Lo que se espera con esto, efectivamente, es que los desvíos tengan un menor mantenimiento, pero además de eso lo que se logra es abaratar cada unidad para poder equipar el tramo ferroviario con equipos más modernos sin necesidad de invertir una fortuna.

Reparaba recientemente en un artículo de opinión sobre el peligro de la incertidumbre como factor paralizante… ¿Tiene una idea de cómo se gestiona el miedo al virus y sus consecuencias?

No sé exactamente cómo se gestiona el miedo pero sí sé que hay una cosa que creo que es muy importante en momentos como el actual, y es gestionar muy bien la transparencia y la comunicación. Para mí, son dos elementos clave que en el caso de Amurrio nos están ayudando a sobrellevar mucho mejor esta situación tan complicada. Creo que en una situación como esta, la única manera de gestionarla adecuadamente es sabiendo con mayor precisión que nunca lo que pasa, cómo pasa y qué podemos hacer. Como aficionado a la montaña sé que es fácil perderse en la niebla y la tormenta, pero conociendo el destino y con prudencia, siempre se encuentra el camino.

En las actuales circunstancias, ¿los planes a largo plazo que trate de implantar cualquier empresa en el futuro van a seguir teniendo sentido?

Desde hace ya varios años se venía hablando de un entorno muy volátil, muy incierto, y el coronavirus ha venido a complicarlo todo todavía más. Efectivamente hacer planes a largo plazo en estos momentos no deja de ser un juego intelectual más que una realidad porque, como se ha visto, te puede cambiar todo de la noche a la mañana por completo. Tener una visión a largo plazo creo que es bueno, saber a dónde te gustaría llegar es bueno, pero otra cosa es el camino y creo que hoy en día nos vemos forzados a hablar, como máximo, de un plazo de un año vista con una cierta precisión. Y aún así, con dudas.

Y a título más personal, ¿qué lección o lectura está sacando de todo este apagón que estamos sufriendo?

Creo que debemos convertir el miedo en prudencia y ser valientes pero comedidos para evitar la caída. Es esencial mantener las empresas vivas para generar empleos de calidad que, a su vez, dinamicen el consumo y hagan que la rueda vuelva a girar. Y todo esto es una labor de todos porque el dramático escenario en el que nos encontramos en estos momentos requiere de una acción decidida y alineada de todos los actores de la sociedad, cada uno en su función.

Fuente: spri

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